Sé un consumidor informado…
Es curioso como comparando los dos mercados en los que más me he movido como consumidor, que son el alemán y el español, se presentan grandes diferencias a la hora del trato hacia el consumidor. No se trata de glorificar un mercado frente a otro, ya que, ambos tienen sus ventajas y beneficios. Sin embargo, llama la atención de que en Alemania existen informes y datos de estudios realizados para conocer las preocupaciones e intereses de los consumidores para poder responder a sus preguntas y ser lo más transparentes posibles, ya que, consideran que un consumidor informado, es un consumidor que respeta la marca, aprecia los beneficios de sus productos frente a otros y sobre todo, es un consumidor que vuelve a comprar la misma marca. Por supuesto que es tan sólo una cara de la moneda y como en cualquier mercado capitalista, este te vende gato por liebre, ultraprocesados o productos de baja calidad, con publicidad engañosa y aprovecha esos estudios en su propio beneficio.
Realizando la misma búsqueda de datos en España, lo que se obtiene con más facilidad, son informes y datos acerca de cómo poder estudiar al consumidor, sus gustos, sus personalidades, para venderle un producto con más eficacia.
Por supuesto que están organizaciones como la OCU, cuya web y servicio prestan servicio de ayuda y apoyo al consumidor. Sin embargo, resalta lo obvio: el mercado español aún está en pleno auge del consumismo y las marcas intentan explotar al máximo la búsqueda de confort de sus clientes. Empiezan a asomar alternativas y muchas, pero aún son la excepción.
Cada vez hay más consumidores informados que piensan dos veces antes de comprar, comparan, se informan, analizan y después toman una decisión. El mercado poco a poco se va a tener que ajustar a ello y es el consumidor el que va a obligar a las empresas a la transparencia. Pero por desgracia, los mercados capitalistas tienen por norma general la “distracción” antes que la información y así desvían audazmente la atención del consumidor para que no reflexione más de la cuenta acerca de lo que lleva en la cesta de la compra y el por qué.
Ser un consumidor informado también tiene sus desventajas y es que una vez siendo conocedor de cierta información, ya no hay vuelta atrás. Ahora lo quieres todo o nada. Y en una sociedad de imágenes engañosas, en la que todo el mundo siente que tiene que demostrar algo, los consumidores informados, pueden cometer el error de querer pasar de 0 a 100 en pocas semanas. Comienzan con quererlo todo. El producto pasa de ser un ultraprocesado a tener que ser ecológico, local, sin plástico y a poder ser a un buen precio. Todas esas exigencias por supuesto están muy bien, pero en tiempos actuales y teniendo en cuenta la evolución lenta (aunque constante) del mercado español, son poco realistas.
La clave es establecer prioridades. ¿Qué es más importante? Por supuesto prima la salud y en tiempos actuales el bolsillo. Intentar encontrar un consenso entre estos dos factores ya es a veces difícil, pero se basa más bien en la búsqueda de dónde comprar y el tener que dedicarle algo más de tiempo. Pero se puede conseguir.
Otros factores como el ecológico y el local, ya son más difíciles. Queremos evitar la contaminación de transportes y por supuesto comer sólo cosas de temporada, que es lo más lógico. Pero no todos los productos ecológicos son posibles cultivarlos y obtenerlos de un mismo país.
Todo el mundo quiere comer Quinoa por ejemplo, pero este superalimento tan maravilloso es cultivado de forma ecológica en un 90% en Sudamérica y las opciones son, o no consumirlo, o asumir de que al menos la contaminación de transporte, habrá que asumirla. Para compensar nuestra huella, lo que sí está en nuestras manos es comprarla a granel, en alguna tienda de alimentación a granel cercana. Se puede ser responsable con el medioambiente de muchas maneras y dando un paso tras otro. Sin obsesiones, ni exigencias de perfección.
Los extremos nunca han sido buenos. Vivimos en el siglo XXI y lo que podemos afirmar es que mirar hacia otro lado y pretender que la sostenibilidad es una palabra de hippies, que cultivan su propia lechuga y tomates en su jardín, es cuanto menos irresponsable.
Nuestro deber como ciudadanos, padres, y consumidores no es salvar el planeta, sino simplemente estar informados. Pensar antes de actuar. Darnos cuenta de que la información y las herramientas están ahí afuera. Sólo hay que salir un poco de la zona de confort e informarse, preguntar y plantearse qué clase de consumidor quieres ser. ¿Quieres ser un consumidor ciego, al que le venderán lo que les apetezca, con problemas de salud cuando llegues a cierta edad y con un planeta muriendo poco a poco?, ¿O no te cuesta por el bien de tu salud y la de las personas cercanas a ti, leer e indagar un poco, cuestionar lo que te ofrecen y coger las riendas de tu vida? La elección es completamente libre.
La finalidad de esta nueva sección del Blog Flipo en Verde es compartir información relevante a la hora de consumir. Pequeños pasos útiles, para pasar de la oscuridad a la luz y poder tener una visión más clara de cómo poder ser poco a poco un consumidor informado.
Comenzamos…

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