ESTILO DE VIDA SLOW
Muchos habréis oído hablar del estilo de vida slow. ¿Pero en qué consiste realmente? ¿En hacer todo lentamente y sin prisas? No exactamente. Se trata de elegir.
El estilo de vida slow trata de enseñarte a comprometerte contigo mismo y tu vida, a elegir y en definitiva a ser más consciente de todo. Vivir un estilo de vida slow también implica por consiguiente tomar decisiones y estar más presente en cada actividad que elegimos en el día a día.
Si somos capaces de hacer elecciones conscientes cada día elevaremos nuestro nivel de vida, ya que, estaremos más presentes en ella. Todo comienza por hacernos una serie de preguntas:
¿Qué es lo que me hace feliz? ¿Cuáles son mis prioridades? ¿Qué me gustaría cambiar? ¿Me tomo el tiempo suficiente para las cosas que quiero? ¿Qué puedo cambiar?….
Para que quede claro; Vivir un estilo de vida slow no es comenzar a vivir de repente a cámara lenta y pasarte el día meditando. Se trata de elegir, en armonía, en equilibrio y de respetarnos. Se trata de dejar atrás el correr a todas partes sin sentido, de hacer actividades que no nos llenan, de cumplir por cumplir y terminar el día no habiendo hecho lo que realmente nos hubiese gustado.
Hay muchas maneras de enfocar una vida slow. En el terreno personal podemos comenzar con pequeñas cosas como disfrutar de los pequeños detalles. ¿Cuándo ha sido la última vez que disfrutaste cocinando un plato nuevo o experimentando en la cocina? ¿Cuándo fue la última vez que te sentaste en ese banco que tanto te gusta en plena naturaleza?…
En el terreno social el estilo de vida slow invita a ser más conscientes. Tratar de dar un paso hacia atrás y ver la imagen completa. Tanto a la hora de consumir como a la hora de relacionarnos tenemos que preguntarnos si queremos formar parte de ese tipo de consumo. ¿Estoy consumiendo esto porque realmente me gusta o porque está de moda? ¿Realmente necesito este producto? El estilo de vida slow apuesta además por apoyar los negocios locales y así fomentar el formar parte de una comunidad.
Muchos se preguntarán cómo llevar algo así a cabo con el poco tiempo del que disponemos diariamente y con el argumento de que, si tuvieran la posibilidad de hacer algo diferente, ya lo habrían hecho. Puede ser. Pero si experimentas a menudo un sentimiento de inconformidad con la vida que estás llevando (sin hablar de causas mayores) es probable que algo puedes hacer. Está en tus manos dominar o ser dominado.
Sí la respuesta es que quieres cambiar algo, comienza a elegir TUS PRIORIDADES. Eres tú quien elige el ritmo de tu vida y puedes elegir conscientemente las tareas y actividades esenciales de cada día y tomarte tiempo para hacerlas. Lo demás lo descartas.
Volver a realizar esas tareas y actividades al ritmo que tú realmente quieres y puedes, las convertirá de nuevo en significantes. En el trabajo además muchas veces trabajar menos o de forma más consciente puede implicar un trabajo de mayor calidad. Por supuesto que no siempre será posible y muchas de nuestras tareas y actividades vienen condicionadas por factores externos. Pero activar el freno mental y físico puede desencadenar toda una serie de factores a nuestro favor. Vivir en mayor equilibrio en todos los ámbitos de nuestra vida atraerá a su vez circunstancias favorables que nos ayudarán a seguir andando ese camino, ya que, estaremos dando más de nosotros mismos y de mejor manera. Podremos ofrecer más al mundo, ya que, habremos dejado atrás la superficialidad.
Actualmente estamos viviendo una situación que irónicamente nos hace reflexionar acerca de nuestro ritmo de vida. Al haber sido interrumpida de forma abrupta nuestra apretada agenda la vida misma nos ha obligado a detenernos y darnos cuenta de forma drástica de los esenciales de nuestra vida. Más allá de la salud física hemos comenzado a apreciar nuevamente las cosas que son importantes para nosotros: El contacto humano, la intimidad, las pequeñas cosas que hace mucho tiempo que no tenían hueco en nuestra vida, la familia, la pareja, los hijos, los vecinos, el formar parte de una comunidad. El mensaje está ahí, la decisión la tomas tú.
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