Es hora de actuar. No hay ser humano sobre el planeta que no habrá oído a día de hoy del cambio climático, de especies en peligro de extinción, de ecosistemas derrumbándose, de crecientes catástrofes naturales, de la basura plástica amenazando nuestros océanos y del poco tiempo que nos queda para hacer algo al respecto.

Greta Thunberg y sus «Fridays for Future» han iniciado un movimiento que ha hecho eco en cada rincón del planeta, inspirando, informando y revelando el largo camino que nos queda aún por delante y que es ahora cuando hay que realizar el cambio. Miles de jóvenes y adultos se manifiestan por un mundo mejor, exigiendo acción a los gobiernos.

La admiración por Greta y  el movimiento Fridays for Future es lógica. La defensa pública de tus valores y principios del todo respetable y llamar la atención de gobiernos y grandes empresas más que necesaria. Pero no es suficiente. Ya no.

Casi nadie habla de la realidad. La realidad de que el hecho de la existencia de una figura como Greta Thunberg debería provocarnos tristeza. La realidad de que ésta joven, que dejó la escuela para luchar por un futuro que temía que no iba a existir, seguramente preferiría estar viviendo una adolescencia normal e ir a la escuela. Que aunque ella y su familia hayan tomado libremente la decisión de dedicar ahora mismo su vida a intentar mejorar un poco el mundo, un día volverán a sus vidas y seguirán cambiando el mundo en silencio. La realidad de que continuamos pidiendo a gobiernos y comunidades internacionales que hagan algo al respecto, aún sabiendo que no lo harán, no será suficiente o no será a tiempo.

Greta ha iniciado debates, ha subrayado la urgencia de nuestra situación y ha inspirado a muchos a creer que el cambio es posible y a promover pequeños cambios en sus propias vidas y las que les rodean. Pero la realidad es que estamos convirtiendo a Greta Thunberg en un fenómeno social, en una gurú medioambiental que nos dirige y como si de una telenovela se tratase giramos alrededor de una discusión infinita, acciones de protesta, etiquetas y bandos. La realidad es que la discusión no es acerca de si Greta sí o Greta no, de si existe o no un cambio climático o de a quién exigirle los cambios.  Ya hemos llamado la atención, ahora ES HORA DE ACTUAR!

Es hora de dejar de pensar en sloganes de carteles. Id a una limpieza de playa, pensad en como podéis mejorar vuestros barrios, proponed colaboraciones entre centros y asociaciones, organizad eventos que ayuden a las personas no sólo a entender que hay un problema sino dándoles herramientas que aplicar de forma sencilla en el día a día, realizad pequeños cambios hacia el residuo cero, que es un camino, no un sprint. Compartid con vuestros vecinos cosas que no vayáis a necesitar semanalmente (herramientas, etc) y cread una comunidad real que con empatía y respeto por las opiniones ajenas haga un cambio real e inspire a otros a hacer lo mismo, que opiniones hay muchas….pero a ver si nos entra en la cabeza…TODOS COMPARTIMOS EL MISMO HOGAR!

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